Cómo hacer una cometa

Recuerdo que cuando era niño con los amigos nos dedicábamos a hacer cometas en época de vientos, mes de agosto por estos lares, y las hacíamos de todo tipo; con cañas de bambú o carrizo, con una planta que en nuestra localidad se conoce como “ñigua”, con madera, etc. El procedimiento era casi siempre el mismo; primero hacer una estructura con los materiales antes citados, luego cubrir dicha estructura con papel cometa, o papel liviano, y si no se tenía el presupuesto necesario, se cubría con bolsas plásticas, bellos momentos que quedarán grabados para siempre. Pero el momento crucial era el subir a la montaña o cerro cercano para hacer volar cada una de las cometas; allí recién se veía la calidad de cada una, sus partes buenas y malas y la efectividad de nuestras cometas construidas en forma empírica. Una de las cometas que más recuerdo fue una enorme hecha con cañas de bambú o carrizo, con papel cometa, engrudo y una cola de bolsas de plástico, todos creíamos que esa cometa jamás volaría por el alto peso que tenía, y, efectivamente, todas las demás cometas estaban en el aire, volando, mientras que dicha cometa no se levantaba nunca, caía estrepitosamente al suelo. Hasta que… vino una fuerte corriente de viento y la cometa se alzó por los aires tanto que el cordel (pita de pabilo) se terminó y no teníamos más para aumentarlo, estaba tan lejana que cada vez se hacía más pequeña a nuestra vista, fue un éxito total y no recuerdo ninguna cometa que vuele tan alto y lejos como esa, tanto, tanto que por su fuerza rompió el cordel y perdimos dicha hermosa cometa. Pues, lo mismo sucede la mayoría de las veces en los negocios y empresas; podemos tener el mejor plan de negocios, el mejor proyecto de inversión, el mejor gerente o administrador, la mejor idea, etc., pero solamente en el campo de batalla de los negocios es que se ve el éxito o fracaso de los mismos, la “madera” de la cual están hechos los emprendedores. Y es obvio e inevitable que para hacer un gran negocio exitoso, una magnífica cometa, el paso más importante es hacerlo y llevarla al campo de batalla, al terreno de la competencia, y quizás esperar un fuerte viento a favor y alcanzar el éxito, volar tan alto que sea imposible detenerse. Hasta hoy no existe un negocio ideal, una gran idea de negocios quedará como tal si no se hace realidad, si no se da el primer paso, si no se empieza y si no se corre los riesgos que asumen generalmente los emprendedores. El éxito o fracaso de la mayoría de emprendimientos muchas veces dependen del factor suerte, aleatoriedad o de una serie de sucesos impredecibles que nos llevan hasta donde queremos, la cima del éxito, pero la única manera de aprovechar un fuerte viento a favor es levantar la cometa todas las veces que se caiga e insistir hasta que levante vuelo, estar en el lugar preciso en el momento preciso, aunque todo lo demás se incertidumbre.